Para abordar lo que es la geografía del departamento de Ica tenemos que empezar por algún tema pues es muy extenso hablar sobre esto y más de lugares tan bonitos como es la costa peruana, enclavada entre la belleza de un mar riquísimo, la aridez de un desierto espectacular y la fertilidad de sus valles, Ica ha sabido definir una personalidad basada en su historia, su cultura, sus paisajes naturales y la bondad de sus productos tradicionales, reconocidos en el mundo entero.

Con una población de casi 700 000 habitantes y una extensión de 21 305 km2, Ica es uno de los departamentos con mayor proporción de territorio por debajo de los 500 metros de altitud. Sus límites son: al norte, con Lima; al noreste, con Huancavelica; al este, con Ayacucho, y al sur, con Arequipa.

Si el lector observa una imagen aérea de Ica podrá reconocer, en una primera aproximación, una similitud con los departamentos del norte peruano. Esta similitud se expresa en el hecho de que Ica conforma, junto con Tumbes, Piura y Lambayeque, el grupo de los departamentos más costeros del Perú. En efecto, aproximadamente el 88% de su territorio se localiza dentro de lo que se denomina costa. Esta característica no le impide, sin embargo, contar con una gran variedad de paisajes que hacen de esta región del país un espacio a la vez acogedor y sorprendente.

Geografía de Ica

En el espacio iqueño es posible diferenciar de manera genérica hasta tres conjuntos morfológicos que se encuentran alineado de forma paralela: el perfil costero, la amplia planicie costera y las vertientes andinas.

El perfil costero del departamento es uno de los más completos del litoral peruano. Una larga serie de eventos geológicos han terminado de darle forma. Los restos de la antigua cotillera ie la costa se hace presentes desde el norte de la península de Paracas y contribuyen a configurar su recortado paisaje. Como se sabe, gran parte de esta cordillera, originada en el Precámbrico, ha desaparecido, pero restos de ella pueden ser ubicados en la península de Bayóbar, en el departamento de Piura, y en la costa meridional del Perú.

Es en la provincia de Pisco donde la complejidad de formas adquiere su mayor dimensión. En ella se configura la península de Paracas, una de las más grandes del litoral, al sur de la bahía del mismo nombre. Esta configuración, asociada a la dirección de la corriente peruana que frente a las costas centrales del Perú tiene un sentido sureste noroeste, ha permitido al mencionado puerto ser uno de los más abrigados del litoral, al estar protegido totalmente por la península. Unos 25 kilómetros al sur, otra formación importante no sólo por su geografía sino por su historia, hace su aparición: la bahía de la Independencia, cuyo nombre tiene su origen en el desembarco que el ejército del libertador San Martín realizó en 1820 y que a la postre conduciría a la proclamación de nuestra independencia.

En la parte norte de esta bahía se localiza Laguna Grande, que en realidad no es una laguna, sino una caleta de pescadores artesanales. Frente a la bahía de la Independencia se localiza la isla del mismo nombre, de la cual se extrae guano y es una de las más grandes del litoral. En la provincia de Ica, el recortado perfil costero forma una serie de puntas, pero no permite la configuración de amplias bahías. Más hacia el sur, en la provincia de Nazca, aparecen dos bahías alineadas: San Nicolás y San Juan. En esta última se ubica el puerto de San Juan, uno de los más importantes del sur peruano por su volumen de extracción de peces, debido principalmente a que está situado en una zona de afloramiento marino.

La planicie costera constituye uno de los espacios más amplios del departamento. Es contiguo al perfil costero y su principal característica consiste en que, a diferencia de los otros departamentos de la costa central peruana, en los que el desierto tiene apenas un ancho de pocos kilómetros, en Ica, por el contrario, éste alcanza un ancho mayor de 60 kilómetros. Ello ha contribuido a cambiar en gran manera el paisaje de esta región. Por un lado, es un paisaje similar al del norte peruano, en el cual el desierto da paso a valles con abundante vegetación de faiques; por otro lado, el hecho de que la ciudad de Ica se encuentre bastante alejada del litoral, sumado a su cercanía a un amplio desierto, ha contribuido a conformar el clima seco que se percibe fuertemente en el perímetro urbano.

Más aún, estas condiciones han contribuido a propiciar un fenómeno único en la costa peruana: la formación de los vientos llamados paracas. Este fenómeno se origina a partir de la diferencia de temperatura que existe entre el desierto cálido y seco, y los vientos fríos y húmedos procedentes del mar. Ello lleva a bruscos cambios de presión y la consecuente movilización de las masas de aire. Los vientos se manifiestan al empezar la tarde y en esta zona pueden llegar a alcanzar hasta 40 kilómetros por hora.

Esta singular asociación de clima cálido, seco y de alta insolación, conjugada con la fertilidad de los valles de Chincha, Pisco, Ica y Grande, ha propiciado el escenario ideal para el desarrollo de productos agrícolas tradicionales, pero también de una agricultura especializada en cultivos adaptados a climas de tipo mediterráneo, como el algodón, el olivo y la vid, todos ellos de reconocida importancia no sólo en mercados locales sino también en el ámbito internacional.

Hacia el este, y contigua a la planicie costera, se encuentra el conjunto de las vertientes andinas. Éstas conforman un pequeño espacio del territorio iqueño, siendo su característica más importante el rápido incremento de la pendiente hasta alcanzar, en los límites con Ayacucho y Huancavelica, la región de las punas. Los ríos Chincha, Pisco, Ica y Grande están enclavados sobre vertientes áridas, configuradas por las intrusiones del Cretácico y del Terciario, que los encajonan. Ello, sumado a la ausencia de precipitaciones, contribuye a conformar un escenario caracterizado por ríos encauzados en estrechos y áridos valles de régimen irregular que muchas veces toman la característica de quebradas secas, las que se activan solamente en épocas de lluvia.